Costa del Silencio y Las Galletas conforman uno de los enclaves más singulares del sur de Tenerife. Dos zonas unidas por su proximidad al mar, su vida residencial tranquila y su dinamismo inmobiliario, donde conviven residentes locales, jubilados europeos e inversores que buscan rentabilidad estable.
Vender una vivienda aquí requiere entender las diferencias entre ambos núcleos: Costa del Silencio, con su carácter mixto entre residencia y turismo, y Las Galletas, con alma de pueblo marinero y demanda familiar creciente.
En esta guía descubrirás los precios medios actuales, los tipos de vivienda más demandados, el perfil de comprador, los factores que determinan el valor real y los errores que conviene evitar para vender con éxito.
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En octubre de 2025, el precio medio de la vivienda en Costa del Silencio – Las Galletas se sitúa entre 2.600 y 3.400 €/m², según datos cruzados de Idealista, Fotocasa y Tinsa. Este rango refleja un mercado consolidado que ha evolucionado desde un perfil turístico en los años noventa hacia un entorno mixto, donde conviven residentes locales, extranjeros de larga estancia e inversores que valoran la seguridad y el rendimiento estable.
Las propiedades más próximas al mar, especialmente aquellas situadas en complejos bien mantenidos o con licencia vacacional activa, alcanzan sin dificultad los 3.800 €/m², e incluso superan esa cifra cuando combinan orientación sur, vistas abiertas y plaza de garaje. Por el contrario, los pisos interiores, sin ascensor o pendientes de reforma se mantienen entre 2.300 y 2.700 €/m², aunque su demanda no desaparece: siguen siendo el punto de entrada ideal para pequeños inversores o compradores que buscan vivienda asequible para uso personal.
El mercado ha experimentado un crecimiento interanual del 5,8 %, consolidando una tendencia positiva y sostenida desde 2023, con incrementos suaves pero estables. Este comportamiento confirma que el eje sur de Arona mantiene su atractivo incluso en ciclos de ajuste.
Tres factores explican este crecimiento constante:
Alta demanda internacional. Los compradores extranjeros representan más del 70 % de las operaciones, con predominio de belgas, franceses, italianos, británicos y nórdicos. Muchos ya son residentes en Canarias o visitan la isla cada invierno, por lo que buscan propiedades preparadas para entrar a vivir, con bajo mantenimiento y gastos fijos controlados. La seguridad jurídica, la conectividad aérea y el clima estable convierten esta zona en un refugio inmobiliario europeo.
Escasez de oferta en buen estado. Pese a la abundancia de viviendas en complejos antiguos, el número de inmuebles reformados, con documentación actualizada y comunidades saneadas es limitado. Esa escasez impulsa los precios de las viviendas que cumplen esos requisitos. Además, las restricciones urbanísticas y la falta de suelo disponible para nuevas promociones refuerzan la estabilidad de los valores existentes.
Revalorización de los entornos costeros tradicionales. Mientras otras zonas del sur se orientan hacia un turismo más masivo, Costa del Silencio y Las Galletas conservan su identidad local y ritmo residencial, lo que las diferencia. Su combinación de paseo marítimo, puerto pesquero y pequeños comercios familiares genera un entorno auténtico, muy apreciado por los compradores europeos que buscan un estilo de vida más tranquilo sin renunciar a servicios esenciales.
Ambos núcleos forman un mercado complementario.
Costa del Silencio concentra complejos turísticos y residenciales con piscina, jardines y servicio de mantenimiento, ideales para inversores o compradores que buscan segunda residencia.
Las Galletas, por su parte, mantiene el espíritu de pueblo pesquero, con colegios, centro de salud, mercados y comercios locales. Su equilibrio entre vida real y proximidad al mar la convierte en una opción preferente para familias canarias y residentes europeos de larga duración.
Esta dualidad es precisamente lo que sostiene el dinamismo del mercado: ofrece rentabilidad y, a la vez, estabilidad residencial, un binomio que pocos enclaves del sur logran mantener con tanta naturalidad.
El tiempo medio de venta oscila entre cuatro y seis meses, aunque se reduce a menos de 90 días cuando la propiedad está reformada, correctamente valorada y documentada. Las viviendas que combinan buena ubicación, terraza y eficiencia energética se venden incluso antes de los tres meses, especialmente si cuentan con fotografías profesionales y descripción clara.
La liquidez del mercado es elevada. Aunque el volumen de compraventas varía ligeramente por temporada, la demanda extranjera constante garantiza la estabilidad. Los compradores internacionales suelen planificar su adquisición con meses de antelación, contactan desde sus países de origen y viajan con la documentación lista para formalizar la operación. Este patrón mantiene activo el mercado incluso en épocas donde la demanda local se ralentiza.
El comprador de 2025 en Costa del Silencio – Las Galletas es exigente, racional y bien informado. Ya no busca una “oportunidad” en el sentido clásico, sino una compra segura y coherente con su estilo de vida.
No improvisa: estudia el gasto de comunidad, la orientación solar, la cercanía a la costa y la eficiencia energética antes de visitar. Prefiere pagar más por un inmueble en regla, reformado y con una comunidad bien gestionada, que invertir en uno barato pero con incertidumbres legales o de mantenimiento.
Por ello, el éxito de una venta en esta zona depende menos del precio inicial y más de la preparación del inmueble, la claridad documental y la confianza que se transmite al comprador.
Una vivienda limpia, bien presentada, con planos, nota simple y certificado energético actualizado tiene una ventaja decisiva frente a las demás. En un mercado donde el comprador compara y decide en pocos clics, la transparencia y la presentación profesional marcan la diferencia entre vender en semanas o permanecer meses en los portales.
Los apartamentos y estudios son el corazón del mercado inmobiliario de Costa del Silencio y la base de su estructura urbana. Representan más del 70 % del parque inmobiliario, un dato que refleja su origen turístico y su progresiva adaptación a un modelo residencial mixto. Lo que antaño fueron apartamentos vacacionales de temporada hoy son viviendas principales o segundas residencias de larga estancia para europeos que han decidido vivir parte del año en Canarias.
Las superficies oscilan entre 45 y 80 m², con distribuciones compactas, terrazas de buen tamaño y, en muchos casos, vistas parciales al mar o a los jardines del complejo. Los precios medios se sitúan entre 2.700 y 3.600 €/m², aunque las unidades en residenciales bien mantenidos, con piscina y orientación sur o suroeste, alcanzan los 3.800 €/m² o más, especialmente si están reformadas y amuebladas con estilo moderno.
Los complejos más valorados por su ubicación, mantenimiento y demanda son:
Balcones del Atlántico y Primavera, reconocidos por su tranquilidad, buena administración y proximidad al mar.
Palia Don Pedro, que conserva el encanto de la arquitectura tradicional y un entorno cuidado, ideal para jubilados europeos.
Amarilla Bay y Chaparral, con vistas abiertas, mantenimiento constante y acceso directo a zonas de baño.
Alondras Park y Costa Sol, que mantienen alta ocupación y resultan atractivos para inversores por su facilidad de alquiler.
El perfil comprador de estos apartamentos es predominantemente internacional, aunque con tres variantes claras:
Residentes europeos de larga duración. Belgas, franceses, alemanes y nórdicos que pasan entre seis y nueve meses al año en Tenerife. Buscan viviendas cómodas, luminosas, sin escaleras y con mantenimiento bajo. Valoran la seguridad, la limpieza del entorno y la estabilidad de la comunidad.
Pequeños inversores. Adquieren viviendas reformadas para alquilar a largo plazo a residentes estables o trabajadores del sector turístico. Prefieren complejos con gastos comunitarios moderados y buena administración.
Compradores de retiro o teletrabajadores. Profesionales que buscan calidad de vida y clima estable durante el invierno, con conexión a internet de alta velocidad y tranquilidad.
El estado de conservación y la presentación visual son los dos factores que más influyen en la venta. Un apartamento con reforma integral, mobiliario moderno y fotografías profesionales puede recibir ofertas firmes en menos de 30 días. En cambio, los inmuebles sin actualizar o con exceso de decoración personal suelen estancarse, incluso si están bien ubicados.
La eficiencia energética es otro elemento decisivo. Los compradores europeos, acostumbrados a normativas más estrictas, valoran el doble acristalamiento, los ventiladores de bajo consumo y la orientación que reduzca el calor sin necesidad de aire acondicionado.
Los apartamentos en planta baja son especialmente atractivos para compradores senior, ya que ofrecen accesibilidad y terrazas amplias, mientras que los áticos con vistas al mar o al Teide son codiciados por inversores que buscan propiedades de alta rotación en alquiler vacacional o estancias largas.
En cuanto a rentabilidad, los apartamentos de Costa del Silencio ofrecen una media de 4,5 % a 5,5 % anual en alquiler de larga duración y hasta un 7 % bruto en alquiler vacacional regulado, dependiendo de la ocupación y los gastos de comunidad. Esto los convierte en un producto doblemente atractivo: liquidez a corto plazo y revalorización sostenida a medio plazo.
Los estudios, aunque de menor superficie, mantienen una demanda sólida. Su precio medio se sitúa entre 2.400 y 2.900 €/m², y su público objetivo son inversores que buscan inmuebles fáciles de gestionar, con bajo coste de mantenimiento y alta ocupación. Los estudios reformados con terraza y cocina equipada suelen venderse en pocas semanas.
Las operaciones de compraventa en este segmento se caracterizan por su rapidez y bajo nivel de negociación. Los compradores llegan con decisión, especialmente los extranjeros que ya conocen la zona. Un inmueble correctamente valorado, con gastos comunitarios claros y documentación lista, puede cerrar la operación en menos de tres meses.
Los errores más comunes del vendedor en este segmento son:
No invertir en una reforma ligera o en un reportaje profesional.
Omitir en el anuncio el coste de comunidad o si el complejo permite alquiler vacacional.
Publicar con un precio emocional basado en la comparativa con zonas más caras como Los Cristianos.
No resaltar la orientación, la proximidad al mar o los servicios de la comunidad (piscina, ascensor, jardines).
En 2025, los apartamentos reformados y bien gestionados son el producto más líquido del mercado en Costa del Silencio. Su mezcla de accesibilidad, rentabilidad y atractivo visual garantiza rotación constante.
Vender un apartamento aquí no depende del azar, sino de la preparación, la imagen y la precisión en la valoración.
El mercado de Las Galletas mantiene una identidad muy distinta a la de Costa del Silencio. A pesar de su cercanía —apenas dos kilómetros—, este núcleo conserva la esencia de un pueblo pesquero canario que ha sabido evolucionar hacia un modelo residencial equilibrado. Su paseo marítimo, su puerto y la vida local estable crean un entorno de confianza y comunidad, muy valorado por familias, jubilados y compradores que buscan un lugar auténtico y bien conectado.
En 2025, los pisos familiares y residenciales representan el segmento más estable del mercado inmobiliario en Las Galletas. Su precio medio se sitúa entre 2.800 y 3.300 €/m², con una ligera tendencia al alza del 4,2 % interanual, impulsada por la escasez de viviendas amplias y reformadas dentro del casco. Los áticos o viviendas con vistas laterales al mar alcanzan fácilmente los 3.700 €/m², especialmente si cuentan con ascensor, garaje o terraza privada.
Las superficies habituales oscilan entre 90 y 130 m², con distribuciones prácticas de tres dormitorios, dos baños y balcones orientados hacia las avenidas principales o hacia patios interiores luminosos. Muchas de estas viviendas pertenecen a edificios construidos entre los años 1995 y 2010, sólidos estructuralmente, con comunidades pequeñas y gastos mensuales moderados (entre 30 y 60 €).
En los últimos cinco años, se ha observado una transformación clara: muchas familias locales que residían en viviendas unifamiliares de los alrededores se han trasladado a pisos céntricos por comodidad, mientras que nuevos compradores extranjeros —principalmente franceses, belgas e italianos— han adquirido viviendas amplias para residir todo el año. Este fenómeno ha incrementado la demanda de propiedades reformadas, con ascensor y buena accesibilidad, y ha reducido la disponibilidad de inmuebles en venta.
Las zonas más demandadas dentro de Las Galletas son:
Avenida del Atlántico y sus alrededores, por su cercanía al mar y al puerto deportivo.
Calles centrales próximas al mercado y al colegio, donde predominan edificios de tres plantas con pocos vecinos.
Entradas hacia Guaza y El Fraile, donde los precios son algo más moderados pero ofrecen espacios amplios y garaje.
El perfil comprador en Las Galletas es heterogéneo pero equilibrado:
Familias canarias o peninsulares residentes, que buscan su vivienda definitiva cerca del mar y con servicios a pie.
Parejas extranjeras residentes de larga duración, que valoran la tranquilidad, la integración local y el ambiente auténtico del pueblo.
Pequeños inversores europeos, que adquieren pisos grandes para dividirlos en dos unidades o alquilarlos por habitaciones a larga estancia.
A diferencia de Costa del Silencio, donde domina la lógica turística, Las Galletas mantiene una rotación más baja pero una demanda más constante. La mayoría de las operaciones se realizan por compradores que ya conocen el entorno y llegan con decisión.
El tiempo medio de venta ronda los cuatro a cinco meses, aunque los pisos reformados y con ascensor pueden venderse en menos de 90 días si el precio está ajustado al mercado. En cambio, las viviendas sin ascensor, en plantas altas o con necesidad de reforma suelen requerir más tiempo o mayores descuentos.
Los compradores valoran especialmente:
Ubicación céntrica, cerca de supermercados, colegios, centro de salud y puerto.
Edificios con mantenimiento activo y sin derramas.
Terrazas o balcones funcionales que aporten luz natural.
Garaje privado o trastero, cada vez más demandado por residentes permanentes.
Eficiencia energética y materiales de calidad (carpintería de aluminio, doble acristalamiento, cocinas modernas).
La reforma integral y la presentación son factores clave. Un piso reformado con diseño actual, pintura neutra, mobiliario funcional y fotografías profesionales puede aumentar su valor percibido entre un 10 % y 15 %. En un mercado donde las viviendas grandes escasean, la estética y el orden visual son argumentos de venta tanto como la ubicación.
Los errores más comunes entre los vendedores en Las Galletas son:
No preparar el piso antes de las visitas, especialmente si aún se habita.
Fijar un precio comparando con Los Cristianos o Guargacho, sin considerar las particularidades del mercado local.
Publicar sin mencionar el año de construcción, los gastos de comunidad o si el edificio dispone de ascensor.
Omitir información sobre el entorno (distancia al puerto, colegios o mercados), que los compradores extranjeros buscan expresamente.
A nivel de rentabilidad, los pisos en Las Galletas ofrecen retornos sólidos:
En alquiler de larga duración, el rendimiento medio se sitúa entre el 4 % y 5 % anual, con ocupación alta y demanda constante.
En alquiler vacacional, si se dispone de licencia, la rentabilidad bruta puede superar el 7 %, gracias a la cercanía del mar y a la vida local activa todo el año.
Por su equilibrio entre tradición y funcionalidad, Las Galletas se ha convertido en uno de los enclaves más buscados del sur de Tenerife para quienes desean vivir junto al mar sin renunciar a la vida de barrio. Su mercado inmobiliario combina autenticidad, estabilidad y revalorización sostenida, cualidades que atraen tanto a compradores locales como internacionales.
Vender una vivienda aquí no requiere prisas, sino estrategia: conocer el valor real, preparar la propiedad y comunicarla con profesionalidad. En este entorno, la constancia, la transparencia y la presentación impecable son los verdaderos aceleradores de la venta.
El segmento de adosados y dúplex en Costa del Silencio – Las Galletas representa uno de los más escasos y deseados del mercado inmobiliario de Arona sur. Su limitada presencia —apenas un 12 % del parque total— convierte cada unidad disponible en un bien valioso y de alta rotación. En una zona donde predominan los apartamentos y complejos turísticos, contar con una vivienda unifamiliar con terraza, garaje y privacidad es un lujo muy apreciado por los compradores actuales.
En 2025, los precios medios de estas viviendas se sitúan entre 3.000 y 3.800 €/m², aunque las unidades con orientación sur, vistas parciales al mar o ubicadas en urbanizaciones de calidad pueden superar los 4.200 €/m². El rango depende fundamentalmente de tres variables: ubicación exacta, estado de conservación y nivel de equipamiento.
Las urbanizaciones más demandadas son El Trébol, Jardines del Mar, Atlantic View, Coral Mar y Urbanización Garajonay, conocidas por su tranquilidad, limpieza y proximidad a las zonas costeras. Estos complejos combinan espacios ajardinados, piscinas comunitarias y viviendas de diseño funcional que ofrecen independencia sin renunciar a la comodidad de una comunidad gestionada.
La mayoría de los adosados y dúplex presentan superficies construidas entre 110 y 160 m², distribuidas en dos o tres plantas, con terrazas amplias, patios traseros o pequeños jardines privados. En los modelos más modernos, se incorporan soláriums con vistas a La Gomera, garajes cerrados y preinstalaciones de energía solar o aerotermia.
El perfil comprador de este tipo de viviendas es muy definido y se compone de tres grupos principales:
Familias extranjeras residentes todo el año, procedentes de Bélgica, Alemania, Francia o el norte de Europa, que buscan una vivienda definitiva en un entorno tranquilo, con espacio exterior y mantenimiento asumible.
Profesionales canarios o peninsulares que trabajan en el sur de la isla y desean vivir cerca del mar sin las limitaciones de un apartamento. Valoran el garaje privado, la independencia y la seguridad de una comunidad consolidada.
Compradores de reposición, es decir, propietarios que ya tienen un apartamento en la zona y quieren dar el salto a una vivienda más amplia y luminosa para residir de forma permanente.
Estos compradores valoran especialmente:
Garaje privado o cerrado, preferiblemente con acceso directo a la vivienda.
Terraza o jardín soleado, orientado al sur o suroeste, que permita disfrutar del clima todo el año.
Bajo coste de comunidad, con servicios esenciales (piscina, limpieza, jardinería) pero sin cuotas excesivas.
Distribución funcional y mantenimiento sencillo.
Comunidad sin morosidad y con buena gestión administrativa.
Las viviendas reformadas, amuebladas con gusto y listas para entrar a vivir son las que se venden con mayor rapidez. En 2025, el tiempo medio de venta de un adosado en buen estado no supera los 90 días, mientras que las propiedades sin actualizar o sobrevaloradas pueden prolongarse más de seis meses.
Las mejoras energéticas (paneles solares, cerramientos de aluminio con rotura térmica, iluminación LED) se han convertido en un argumento de venta clave, especialmente entre los compradores del norte de Europa. Del mismo modo, disponer de espacios exteriores bien presentados, con mobiliario cuidado y zonas verdes mantenidas, eleva la percepción de valor y reduce la negociación.
En términos de rentabilidad, los adosados reformados ofrecen una media del 5 % anual en alquiler residencial y del 7 % bruto en alquiler vacacional regulado, siempre que el inmueble cuente con licencia y la comunidad lo permita. La escasez de producto disponible hace que cualquier vivienda con estas características mantenga un nivel de demanda constante durante todo el año.
Los errores más frecuentes de los vendedores en este segmento son:
Sobrevalorar comparando con villas independientes o zonas más turísticas como Playa del Duque.
No cuidar la presentación exterior, especialmente terrazas y fachadas, que influyen directamente en la primera impresión.
Omitir información clave sobre gastos comunitarios, año de construcción o existencia de mejoras recientes.
Publicar sin fotografías profesionales, lo que reduce drásticamente la visibilidad en portales y redes.
En cambio, los propietarios que preparan la venta con detalle —pintura reciente, limpieza profesional, iluminación cálida y documentación completa— logran resultados rápidos y seguros. La claridad documental (nota simple, certificado energético, recibos de comunidad) transmite confianza y permite que el comprador internacional avance sin objeciones hacia la firma notarial.
Los adosados y dúplex de Costa del Silencio – Las Galletas representan hoy un producto de altísima liquidez. Su combinación de amplitud, privacidad, clima y entorno consolidado los convierte en una opción ideal tanto para residir como para invertir.
En un mercado donde escasea el suelo nuevo y la oferta se concentra en apartamentos, estos inmuebles destacan como el punto intermedio perfecto entre confort y rentabilidad.
Quien vende una vivienda de este tipo con estrategia, presentación cuidada y precio de mercado, no solo vende rápido: vende con autoridad y resultados, en una de las zonas más demandadas del sur de Tenerife.
El mercado de chalets y villas independientes en Costa del Silencio – Las Galletas representa el nivel más alto de exclusividad dentro del municipio de Arona sur. Aunque la oferta es limitada, cada operación se convierte en un referente del mercado local: pocas viviendas, alta demanda y compradores solventes que valoran la privacidad, el clima y la tranquilidad de esta parte del litoral.
A diferencia de otras zonas más turísticas como Playa del Duque o La Caleta, el lujo en Costa del Silencio y Las Galletas no se mide en ostentación, sino en espacio, diseño, sostenibilidad y entorno. Las villas aquí combinan arquitectura funcional, integración con el paisaje y confort moderno, características que atraen a un perfil comprador maduro y selectivo.
Las villas se concentran principalmente en los sectores más tranquilos de Costa del Silencio, cerca del Paseo Ten-Bel, Calle Minerva y el entorno de Amarilla Bay, donde existen parcelas amplias, vistas parciales al océano y urbanizaciones de baja densidad. También en los límites con El Fraile y Las Rosas encontramos chalets unifamiliares más recientes, con estilo moderno y líneas minimalistas.
Las superficies construidas oscilan entre 180 y 350 m², sobre parcelas que van desde 350 hasta 900 m², muchas de ellas con piscina privada y garaje cerrado. Los precios varían entre 4.000 y 5.500 €/m², alcanzando valores superiores a 1,2 millones de euros en propiedades con vistas panorámicas, eficiencia energética certificada y ubicación estratégica cerca del mar.
Las villas de construcción más reciente (posteriores a 2015) incorporan estándares energéticos europeos: paneles solares, climatización por aerotermia, sistemas domóticos y materiales de bajo consumo térmico. Este tipo de vivienda es escaso y, por tanto, muy competitivo. En cambio, los chalets de los años noventa o principios de los 2000, si bien requieren actualización, mantienen una estructura sólida y un gran potencial de revalorización cuando se reforman con gusto.
El comprador de villas en Costa del Silencio y Las Galletas tiene un perfil definido:
Inversores internacionales de alto poder adquisitivo, procedentes de Bélgica, Alemania, Francia y Países Bajos, que buscan una segunda residencia o un retiro permanente en un entorno seguro y soleado.
Profesionales extranjeros teletrabajadores o semi-residentes, que priorizan la privacidad, la estabilidad climática y la proximidad al aeropuerto del sur (a menos de 15 minutos).
Compradores de reposición locales o peninsulares, que venden en otras zonas de la isla para adquirir aquí un espacio más amplio, con jardín o piscina privada.
Se trata de un comprador informado, exigente y predecible: analiza la documentación antes de visitar, solicita informes energéticos, revisa la orientación y pregunta por los gastos anuales de mantenimiento. El valor emocional también influye, pero siempre sustentado en datos técnicos y transparencia.
Ubicación y entorno: las villas con vistas directas o laterales al mar, orientación suroeste y buena accesibilidad peatonal al paseo marítimo pueden superar los 5.500 €/m².
Arquitectura contemporánea: los diseños abiertos, con ventanales de suelo a techo, integración interior-exterior y materiales nobles (madera, piedra volcánica, microcemento) tienen gran demanda.
Eficiencia energética: las viviendas con sistemas renovables documentados (paneles solares, aislamiento térmico, aerotermia) se venden hasta un 20 % más rápido.
Privacidad y seguridad: el comprador valora vallas altas, sistemas inteligentes y entorno sin ruido.
Mantenimiento general y paisajismo: jardines cuidados, piscina impecable y exteriores pintados son detalles que transmiten solvencia y elevan la percepción de valor.
Las villas que reúnen estas características suelen tener tiempos medios de venta inferiores a seis meses, reduciéndose a tres cuando la propiedad está actualizada y correctamente documentada.
Aunque el mercado de villas en Costa del Silencio – Las Galletas no está orientado al alquiler vacacional masivo, su rentabilidad patrimonial es alta.
En alquiler de larga duración o estancias superiores a seis meses, la rentabilidad neta ronda el 4,5 % anual, con ocupación estable por parte de residentes extranjeros.
En venta a medio plazo (3-5 años), la revalorización media esperada se sitúa entre el 5 % y el 7 % anual, impulsada por la escasez estructural de suelo edificable y el aumento de la demanda extranjera solvente.
Además, las villas reformadas con estándares de sostenibilidad y diseño atemporal tienden a conservar mejor su valor y a generar menos costes de mantenimiento, lo que las convierte en inversiones seguras dentro del segmento premium canario.
Vender una villa en esta zona requiere una estrategia técnica y emocional a partes iguales. El comprador busca excelencia, y cada detalle cuenta:
Preparación previa del inmueble: revisar pintura, jardinería, climatización y estado de piscina antes de publicar.
Documentación perfecta: escritura actualizada, nota simple, certificado energético, recibos de IBI y comunidad si procede.
Reportaje profesional con dron: mostrar la integración con el entorno, las vistas y la arquitectura es decisivo para captar atención internacional.
Dossier en varios idiomas: incluir descripción detallada, planos, gastos anuales y características técnicas en español, inglés, francés y alemán.
Precio realista desde el primer día: el mercado de lujo no tolera sobrevaloraciones; la seriedad y la precisión son interpretadas como calidad.
Publicar sin fotos profesionales o con exceso de objetos personales.
No actualizar pequeños detalles visibles (pintura exterior, juntas de piscina, jardín descuidado).
Omitir datos técnicos clave como año de construcción, sistema de climatización o consumo energético.
No mencionar la distancia al mar o a servicios básicos, factores de decisión para compradores que no residen en la isla.
Las villas y chalets de Costa del Silencio – Las Galletas son el reflejo de un nuevo concepto de lujo en Tenerife: tranquilidad, sostenibilidad y diseño mediterráneo con alma atlántica.
Su escasez garantiza estabilidad y su ubicación estratégica, próxima a Los Cristianos y al aeropuerto, asegura revalorización sostenida.
El propietario que prepara su venta con profesionalidad, claridad documental y comunicación visual de alto nivel, vende rápido, vende bien y transmite prestigio.
Vender aquí no es competir: es destacar.
Y cada villa que se presenta con orden, luz y transparencia se convierte en una historia de éxito dentro del mercado inmobiliario más equilibrado del sur de Tenerife
Proximidad al mar y vistas: las viviendas frente al paseo marítimo o con vistas abiertas al océano pueden aumentar su valor entre un 10 % y 20 %.
Estado de la comunidad: las comunidades limpias, con jardines cuidados y sin morosidad, incrementan la confianza del comprador.
Licencia vacacional: contar con licencia activa o posibilidad de obtenerla eleva el atractivo, especialmente para inversores.
Reforma reciente y eficiencia energética: un inmueble con carpintería nueva, aire acondicionado eficiente y materiales modernos se vende más rápido y con menor negociación.
Documentación clara y actualizada: escrituras, certificado energético, nota simple y recibos al día son imprescindibles. La falta de alguno puede frenar una operación inmediata.
Sobrevalorar por comparación con zonas turísticas como Playa de las Américas. El público de Costa del Silencio busca calidad, no lujo.
Publicar sin fotos profesionales ni descripción detallada. En un mercado tan visual, esto equivale a perder visibilidad.
No revisar los gastos de comunidad o el estado de la licencia vacacional. Muchos compradores extranjeros lo verifican antes de hacer oferta.
Descuidar la presentación. Una terraza desordenada o una vivienda sin ventilación restan valor.
Ignorar la documentación previa. En ventas internacionales, la agilidad documental es clave para cerrar sin retrasos notariales.
El comprador de Costa del Silencio y Las Galletas es predominantemente europeo, con estabilidad económica y mentalidad práctica.
Procede de Bélgica, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Países Bajos, y combina dos motivaciones: disfrutar del clima canario y mantener una inversión segura dentro de la zona euro.
El comprador nacional, aunque minoritario, suele ser de perfil profesional —médicos, pilotos, funcionarios o empresarios— que busca segunda residencia o vivienda para jubilación anticipada.
Ambos valoran la tranquilidad, el clima estable y la posibilidad de combinar ocio y vida cotidiana sin el ritmo turístico de otras zonas.
Para cerrar una venta en Costa del Silencio o Las Galletas con fluidez, el propietario debe contar con:
Escrituras actualizadas.
Nota simple reciente.
Certificado energético.
Últimos recibos del IBI y comunidad.
Licencia vacacional o certificado de no disponibilidad (si aplica).
DNI o NIE vigente.
En caso de herencia: escritura de aceptación e inscripción registral.
Disponer de todo esto antes de publicar refuerza la confianza del comprador y permite avanzar sin retrasos hacia la firma notarial.
Vender una vivienda en Costa del Silencio – Las Galletas en 2025 significa hacerlo en un mercado activo, con demanda constante y compradores solventes.
Las propiedades bien mantenidas, con terraza, vistas o licencia vacacional se venden con rapidez, siempre que estén correctamente valoradas y presentadas con profesionalidad.
El secreto está en la preparación y la transparencia: un precio realista, una imagen impecable y una documentación lista generan confianza inmediata.
Si deseas conocer el valor actual de tu vivienda, puedes usar nuestro valorador online gratuito para obtener una estimación basada en datos reales del mercado.
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