Sí, 2025 es un momento especialmente propicio para vender una vivienda en El Durazno. El barrio vive una etapa de estabilidad y crecimiento sostenido dentro de las medianías de La Orotava, y combina tres elementos que el comprador actual valora más que nunca: calidad de vida, luz natural y tranquilidad. Su equilibrio entre entorno residencial, vistas abiertas y viviendas amplias convierte a El Durazno en una de las zonas más deseadas para quienes quieren mejorar su forma de vivir sin alejarse de los servicios principales del municipio.

El perfil de demanda de este año está claramente orientado hacia viviendas amplias, luminosas y con espacios exteriores bien cuidados. Las familias y los profesionales que buscan mudarse a El Durazno priorizan estancias grandes, zonas exteriores para disfrutar del clima, buena iluminación natural durante todo el día, áreas que favorezcan el teletrabajo y un entorno silencioso donde poder desconectar. Este barrio encaja de forma precisa con estas expectativas, y por eso las viviendas que salen al mercado con una estrategia profesional suelen recibir visitas desde los primeros días. El comprador reconoce al instante que aquí puede encontrar la calidad de vida que busca.

La oferta, además, es limitada y estable. El Durazno no es un barrio donde aparezcan nuevas propiedades constantemente. Esto genera un mercado muy favorable para el vendedor, porque las viviendas singulares destacan desde el primer momento, no existe saturación y la competencia entre inmuebles es baja. Cuando una propiedad está bien valorada y se presenta de manera adecuada, el comprador percibe que es una oportunidad real y que, si duda demasiado, otra persona podría reservarla antes. Esta sensación acelera el proceso de decisión y favorece un ritmo de venta saludable.

El interés no procede solo de vecinos del propio municipio. El Durazno atrae a familias de La Orotava que buscan dar un salto a una vivienda con más luz, más amplitud y mejores vistas, pero también a residentes de Puerto de la Cruz, Santa Úrsula, Tacoronte o La Laguna, que ven en este barrio la oportunidad de vivir en un entorno tranquilo sin alejarse de su zona de trabajo o estudio. La luz, las vistas y el ambiente residencial son un imán para este perfil de comprador del norte de la isla.

Otro de los motivos por los que 2025 es un buen año para vender es la revalorización constante del barrio. El Durazno mantiene una tendencia ascendente que no depende de modas pasajeras ni de ciclos especulativos. Se trata de un crecimiento sostenido basado en elementos estructurales: la buena calidad de sus viviendas, el cuidado del entorno, la tranquilidad de las calles, la ausencia de turismo intensivo, las vistas privilegiadas y la urbanización ordenada. Esta combinación genera un mercado sólido, estable y maduro, donde el valor aumenta de forma progresiva y coherente.

A esto se suma un interés creciente por parte de compradores nacionales e internacionales. Muchos compradores de la península buscan aquí una segunda residencia con luz, privacidad y un entorno sereno. Los europeos residentes —especialmente alemanes, belgas o escandinavos— valoran enormemente la amplitud de las viviendas, la posibilidad de tener un exterior agradable y la calma que ofrece el barrio durante todo el año. Esta mezcla de perfiles aporta diversidad, estabilidad y fortaleza al mercado, reduciendo la dependencia de un único tipo de comprador.

En conjunto, El Durazno ofrece en 2025 un escenario excepcional para cualquier propietario que esté planteándose vender. La demanda sólida, la escasez de oferta, la revalorización progresiva y el atractivo tanto a nivel local como nacional e internacional crean un entorno ideal para obtener un buen resultado siempre que la vivienda salga al mercado con un plan profesional y una valoración ajustada a la realidad del barrio.

El perfil de comprador en El Durazno es muy concreto y se mantiene estable año tras año. Quien busca vivienda aquí tiene claro que quiere mejorar su calidad de vida: más espacio, más luz, más tranquilidad y un entorno que invite a disfrutar del día a día sin renunciar a la cercanía con los servicios de La Orotava y el norte de la isla. Por eso, las familias locales representan uno de los grupos más importantes. Son propietarios que viven ya en el municipio —o en barrios más urbanos— y desean dar un salto hacia una vivienda con mayor amplitud y con exteriores que permitan aprovechar el clima del norte. Para ellos, el barrio es una evolución natural: más luz, más calma y un entorno residencial que se ajusta a una vida familiar más cómoda.

También es habitual encontrar profesionales que trabajan en La Laguna, Santa Cruz o Puerto de la Cruz, pero que prefieren vivir en un entorno más silencioso y luminoso. Este perfil busca desconectar al llegar a casa y encuentra en El Durazno un equilibrio difícil de conseguir en otras zonas: buena conexión viaria, tranquilidad, vistas y viviendas amplias con espacio suficiente para combinar trabajo y vida personal.

A este mercado local se suma un comprador nacional que ha ganado protagonismo en los últimos años. Muchos peninsulares buscan en Tenerife una segunda residencia que les aporte clima, calma y una vida menos acelerada. Cuando descubren El Durazno, identifican un lugar donde pueden disfrutar de una vivienda amplia, con vistas y sin la presión turística que tienen otras zonas más costeras. Les atrae especialmente el ambiente del barrio, el carácter residencial y la luminosidad de las viviendas.

El comprador internacional también tiene un papel destacado. Principalmente europeos del norte —alemanes, belgas, suizos o escandinavos— que buscan establecer su residencia en un lugar estable, seguro y con calidad de vida. Este perfil valora mucho las viviendas con parcela, la privacidad y la posibilidad de vivir durante todo el año en un entorno tranquilo y bien conectado. El Durazno les ofrece justo eso: un lugar luminoso, con excelentes vistas, sin ruido turístico y con viviendas amplias que se adaptan perfectamente a su estilo de vida.

Por último, las familias en crecimiento encuentran en el barrio una opción ideal para iniciar una nueva etapa. El espacio exterior, la amplitud de las viviendas, la sensación de seguridad y el ambiente residencial son factores que influyen de manera directa en su decisión. Son compradores que buscan estabilidad, calidad de vida y un entorno que acompañe los cambios y necesidades de los próximos años.

En conjunto, el perfil comprador de El Durazno combina estabilidad y diversidad: familias locales que buscan mejorar, profesionales del norte que desean calidad de vida, compradores nacionales atraídos por el clima y europeos residentes que eligen el barrio por su calma y su luz. Todos coinciden en lo mismo: El Durazno es un lugar donde se vive bien.

Dentro de El Durazno existen microzonas que se comportan de forma distinta en el mercado y que concentran, cada una, un tipo específico de demanda. Las zonas altas del barrio son, sin duda, las más solicitadas. La combinación de mayor luminosidad, vistas abiertas hacia el valle o hacia el Teide y una sensación más amplia del entorno convierte estas calles en las favoritas de los compradores. Las viviendas situadas en estas partes elevadas suelen disfrutar de una orientación privilegiada y de una calidad de luz que acompaña durante todo el día, algo que el comprador identifica como un valor añadido inmediato.

También destacan las calles interiores y más silenciosas. Estas zonas, menos expuestas al tráfico y con un ambiente especialmente familiar, atraen a quienes buscan privacidad, tranquilidad y un espacio seguro para vivir con niños. El comprador valora la sensación de recogimiento que ofrecen estas microzonas sin renunciar a las ventajas de estar dentro del propio barrio.

Las áreas con acceso rápido a las vías principales de La Orotava también tienen un comportamiento excelente. Quienes necesitan combinar vida tranquila con buena movilidad aprecian enormemente poder estar en un entorno residencial sin perder la conexión directa con el casco, con los servicios y con los principales puntos del norte de la isla. Para muchos compradores, esta accesibilidad marca la diferencia entre elegir El Durazno o decantarse por otra zona de medianías.

Otro segmento muy buscado es el que se encuentra en los bordes del barrio, cerca de zonas verdes o áreas agrícolas. Estos espacios resultan especialmente atractivos para las personas que buscan privacidad y una relación más directa con la naturaleza. Ofrecen un ambiente calmado, vistas despejadas y una sensación de amplitud que no siempre se consigue en otras microzonas interiores.

Por último, las zonas donde predominan viviendas más modernas, urbanizaciones recientes o adosados construidos con criterios actuales suelen tener una salida rápida al mercado. El comprador valora la estética cuidada, el mantenimiento general y la coherencia de estas calles, lo que crea una percepción de orden y estabilidad que influye positivamente en la decisión de compra.

En conjunto, las zonas más demandadas dentro de El Durazno comparten un mismo hilo conductor: vistas, luz, tranquilidad y buena integración con el entorno. Y cuando a estos elementos se suma una ubicación estratégica dentro del barrio —ya sea por altura, silencio o accesibilidad—, el interés del comprador se multiplica.

Vender con CB Tu Hogar significa recorrer un proceso diseñado para proteger al propietario desde el primer minuto. Todo empieza con una conversación honesta, donde entendemos el motivo real de la venta y el contexto personal que la acompaña. No todas las ventas son iguales: detrás puede haber una herencia, un divorcio, un traslado o simplemente el deseo de mejorar. Comprender esa realidad permite planificar cada paso con precisión y diseñar una estrategia que responda a las necesidades emocionales y prácticas del propietario.

Después realizamos la primera visita técnica, donde analizamos la vivienda como un producto inmobiliario. Observamos su luz, distribución, estado y potencial, revisamos documentación y detectamos cualquier aspecto urbanístico que influya en la venta. Esta mirada profesional —basada en años de experiencia en obra, reforma y comercialización— nos permite ver el valor real del inmueble más allá de sus metros. Si es necesario, hacemos una puesta en escena inmediata: ordenar, mejorar iluminación o preparar espacios para que el comprador perciba el verdadero potencial desde el primer vistazo.

La valoración es el pilar de todo el proceso. Utilizamos herramientas profesionales como Idealista Pro, DataVenues y aplicativos de pago con datos verificados, contrastamos con tasadores homologados y revisamos operaciones cerradas en Notariado y Registro. Así obtenemos un precio de mercado preciso, defendible ante compradores y bancos, y alineado con la demanda real. No trabajamos con medias ni aproximaciones: trabajamos con datos y con método.

Una vez definido el precio y la estrategia, transformamos la vivienda en una oportunidad. Coordinamos fotografía profesional, vídeo, home staging pensado para potenciar luz y amplitud, recorridos virtuales 360º y, cuando aporta valor, grabaciones con dron. Redactamos un anuncio con neuromarketing inmobiliario que habla directamente al comprador ideal y destaca lo que hace única a la vivienda. Cada imagen y cada palabra están pensadas para generar emoción, interés y visitas cualificadas.

La difusión no se deja al azar. Publicamos en los principales portales nacionales con visibilidad destacada —Idealista, Fotocasa, Pisos.com ...—, activamos campañas segmentadas en redes sociales y utilizamos estrategias de impacto para llegar al comprador adecuado en el momento oportuno. Controlamos clics, consultas, visitas y evolución del mercado, y enviamos informes periódicos al propietario para que siga el proceso con claridad y confianza.

Paralelamente, calculamos todos los impuestos relacionados con la venta —plusvalía municipal e IRPF— utilizando nuestras propias calculadoras adaptadas por municipio, de manera que el propietario sepa desde el principio cuál será su beneficio real tras el cierre. Esta parte fiscal, muchas veces olvidada, marca decisiones importantes y evita sorpresas en la recta final.

Las visitas se gestionan con estrategia. Filtramos a los compradores por perfil, solvencia y motivación, organizamos recorridos dirigidos y presentamos la vivienda en función del tipo de cliente. Menos visitas, pero más efectivas: ese es el objetivo. Cuando llega el momento de negociar, lo hacemos con criterio técnico y conocimiento del mercado, defendiendo el precio de manera profesional y ajustando cada decisión a las circunstancias reales del comprador.

La fase final —arras, documentación, provisiones de fondos, certificados, coordinación con bancos y notaría— se realiza de forma minuciosa, asegurando que cada paso esté blindado jurídicamente. Trabajamos con una notaría de confianza que facilita el proceso tanto a propietarios como a compradores nacionales e internacionales. Y después de firmar, seguimos acompañando al propietario en los trámites posteriores, como suministros, comunidad o gestiones administrativas.

Vender con CB Tu Hogar no es simplemente cerrar una operación: es hacerlo con calma, seguridad y una visión completa. Es tener a alguien que analiza, guía, ejecuta y está presente incluso después de la notaría.